Hoy hace dos meses desde que publiqué el post de Siete años en el Tibet dedicado a M., mi pareja, el día de su cumpleaños.

Dos meses desde que hice el ridículo mayor del siglo al abrir completamente mi corazón en el post más personal escrito por mí hasta la fecha.

Ya en el comentario que M. dedicó a mi post tenía que haber sospechado algo:

«Cuando descubrí el blog de Pablo y leí sus historias me pregunté: habrá abierto un blog porque echa de menos su vida anterior de aventuras y folleteo? :-)) Pero, aunque a nadie le amarga un dulce, cuando estás a gusto con tu pareja te das cuenta de todo lo que puedes llegar a sentir, a gozar aun con las cosas más simples y cotidianas, las aventuras que vives y todas las que puedes vivir si has tenido la suerte de amar y ser correspondido. Seguramente no habrá nada que lo supere. M.»

Un comentario muy bonito, sí, pero a su vez muy frío. Demasiado frío para lo que yo había escrito en ese post (o igual soy yo, que ahora lo veo con otros ojos).

«Timidez»- pensé -. «Vergüenza» – me dijo él -.

Pero no, esa frialdad estaba ahí, a la vista de todos, y no supe darme cuenta a tiempo.

A principios de esta semana, M. cortó conmigo.

Podría adornarlo ahora mismo. Decir «M. y yo lo hemos dejado» o «nos hemos dado un tiempo», pero eso sería engañarme a mí mismo y engañaros a vosotros.

M. me ha dejado. Así, tal cual.

¿El motivo?

«Hace tiempo que dejé de quererte».

Cuando alguien a quien sigues queriendo (porque mi problema ahora mismo es que le sigo queriendo) te suelta algo así, sin paños calientes, en frío, duele. Duele mucho. Sobre todo si, como me pasa a mí, es algo que no te esperas. Porque por muchos problemas y altibajos por los que últimamente había pasado nuestra relación, era algo que, ahora mismo, no me esperaba.

Es curioso que hace pocos días quedé con mi amigo Quique, del que os he hablado por aquí más de una vez, y me dijo algo que me sorprendió por lo inesperado. Me comentó que lo que yo sentía por M. realmente no era amor sino dependencia y que incluso él consideraba que M. no estaba enamorado de mí, sino que simplemente se dejaba querer y poco más.

A mí, ese comentario, si os soy sincero, me molestó un poco, y pensé que quién era él para hacerme un comentario así.

Igual simplemente era un amigo que lo único que quería era abrirle los ojos a alguien que se empeñaba en mantenerlos cerrados.

El año pasado M. ya me dijo algo similar a lo de que ya no me quería. Y lo dejamos. Pero sólo por unos días, los suficientes para que él, arrepentido, me dijese que no pensaba en serio lo que me había dicho, y que había sido fruto de una bronca que habíamos tenido los dos.

Y yo le creí. Y volvimos.

Igual lo único que quise entonces fue creerle y hacer como si aquél comentario nunca hubiese existido.

Igual ya entonces era dependencia.

Tal vez por eso ahora estoy tan mal.

«Hace tiempo que dejé de quererte»

Desde que me lo dijo, creo que no soy persona, o al menos, no soy la persona que era hasta hace una semana.

Me despierto porque hay que despertar; trabajo porque hay que trabajar y me alimento porque hay que alimentarse.

Dormir también debería hacerlo, pero de momento, no puedo.

Saber que más de siete años se han ido al traste con esa frase hace mucho daño. Más que por lo pasado, por el futuro que yo pensaba junto a él, pero que sé que ya no existirá.

Ver como todos tus sueños, esperanzas y proyectos desaparecen, hechos pedazos, te hacen plantearte el sentido de la vida, si es que la ha tenido alguna vez.

Ahora si miro hacia el futuro sólo veo desesperanza, frustración y miedo. Miedo a la soledad. Un miedo que hacía tiempo que no sentía.

Si habéis seguido mi blog desde el principio, os habréis dado cuenta de cómo había ansiado siempre tener pareja (más allá de los polvos esporádicos). O mejor dicho, cómo ansiaba una pareja como la que hasta ahora formaba con M.

Vale que nos diferenciaban muchas cosas, pero siempre pensé que en el fondo eso era lo especial de nuestra relación.

«Hace tiempo que dejé de quererte»

Está claro que me equivocaba.

Ahora ya da igual. Realmente es que todo me da igual.

Si hasta ahora venía contando como hilo conductor del blog lo que era mi vida, tener que hablaros ahora de estos últimos años vividos junto a él (tenía muchas anécdotas que quería contar), me provocaría un sufrimiento innecesario, con lo que no creo que sea capaz de continuar.

Y sinceramente, y disculpadme que sea tan honesto, esto es lo que menos me preocupa ahora mismo.

Si el año pasado fue de los más extraños de mi vida por muchas circunstancias (fue como vivir en una montaña rusa constante), no parece que 2017 haya empezado demasiado bien.

Veremos cómo sigue.

Los comentarios, aquí debajo o en mi mail: gayalguien@hotmail.com

27 comentarios en “Fin

  1. ¡Ay que pena!…..lo siento muchísimo porque tal como dices tú en el post tu forma de vivir esta relación no hacía pensar en algo pasajero sino todo lo contrario. Es arriesgado entrar a decir algo sobre el funcionamiento de la relación entre dos personas cuando no se sabe apenas nada, por eso no te voy a decir más que mucho ánimo, te mando toneladas de afecto desde estas gélidas tierras burgalesas y si necesitas cualquier cosa aunque no sea más que desahogarte o hablar ya sabes como comunicarte conmigo. Seguro que no lo necesitas porque ya tendrás tus buenos amigos cerca, ¡que tú eres un tío muy majo!, pero justo por eso no me gusta sentir que lo estás pasando mal, hombre.
    Un abrazo grande y ánimo, que si las cosas van quedando atrás seguramente es para poder encontrar otras mejores.

    Me gusta

  2. Vaya, siento mucho que tu vida haya tomado este giro tan inesperado.

    Nunca he tenido una ruptura de esta magnitud, pero supongo que los primeros días se hace imposible digerirlo todo. Sin embargo, la vida continúa, piensa que mucha gente supera cosas similares, rehace su vida, encuentra nuevas compañías…

    Poco a poco. Y sería una pena no volver a leer tus historias, o quizás deberías replantearte este blog como un desahogo del presente y saltarte la cronología que tenías pensada. A mí, escribir me sirvió en un momento en que me encontraba solo y perdido.

    Un abrazo fuerte.

    Me gusta

  3. Lo siento mucho, yo también pensaba que si habíais vuelto era para algo, porque los dos creíais en vuestra relación pero me parece muy cruel por su parte que vuelva a dar el mismo motivo. Mucho ánimo y rodéate de los que te quieren, estén más cerca o más lejos.

    Me gusta

  4. Sinceramente me duele lo que cuentas Pablo.
    Y puedo enterder que algo tan inesperado te afecte de tal grado, es comprensible y entendible. Pero de ahí a cuestionarte si la vida tiene sentido hay una gran distancia, las heridas de este tipo solo las curan las agujas del reloj y calma, relajación y la vista puesta en ti mismo – y no es egoísmo- . a veces es cuestión de aceptar y no desgastarse con demasiadas preguntas.
    Un amigo me machaca mucho con eso de » Hoy empieza todo». Pues para allá te reboto lo mismo
    HOY EMPIEZA TODO………….
    Intenta calmar la vorágine de pensamientos que te desvelan y ten ánimo, y aparta de ti el miedo, al contrario Pablo ten seguridad y confianza, acercate a los que te quieren, estén cerca o lejos como te han dicho otros ya.
    Y el año seguirá hacia donde tú quieras llevarlo, de aquí hasta el verano cuando vuelvas por Pinedo y Cullera, sentirás que esa luz del Levante tan especialmente luminosa también será luz nueva en tú interior.

    Para nada deberías lamentarte de haber escrito el post que aludes

    Un abrazo fuerte.

    Me gusta

    1. No sé yo si este año iré a Pinedo o Cullera, porque serán sitios que me harán recordar demasiadas cosas.
      Intentaré aplicar la frase de «hoy empieza todo» a ver si así consigo salir del pozo donde estoy metido.
      Un abrazo.

      Me gusta

  5. Che! Me duele que estés pasando por tan triste momento. Ante estas situaciones no sé que decirte, solo que tienes mi apoyo. Mucha fuerza en estos momentos, piensa que lo más importante eres tu, con tu libertad de pensamiento, con tus palabras que son expresión de tu realidad, que lo que vemos como un agujero negro, puede llenarse de luz y puedes hacerlo porque eres un tipo genial. Quizás sea el principio de una etapa maravillosa.

    Un abrazo fuerte.

    Me gusta

  6. Lamento vuestra ruptura, Pablo. Se pasa mal y entiendo como te sientes, pero no puedo recomendarte otra cosa que no sea TIRAR HACIA DELANTE. No te sirve de nada quedarte lamiéndote las heridas, trata de quedarte con los buenos recuerdos vividos con él, que eso sea lo que permanezca en tu recuerdo y trata de continuar con tu vida con normalidad. El tiempo todo lo cura, incluso las cicatrices más profundas.
    Un abrazo enorme,
    Marcos.

    Me gusta

  7. Pablo, siento por lo q estas pasando, Pq después de tanto tiempo leyendote, se te coge cariño, chaval.
    Solo decirte que cuando alguien toca fondo, lo mejor q puede hacer es coger impulso y volver a la superficie.
    Llora lo q tengas q llorar por la perdida pero no te quedes ahí, coge impulso vuelve a la superficie y veras q la vida sigue siendo hermosa.
    Hoy empieza todo…
    Tira para adelante…
    Porque eres querido.
    Dardo

    Me gusta

Deja un comentario