Hace un par de días me echaron las cartas.
Pude elegir entre que me leyeran las líneas de la mano o que me echaran el Tarot y opté por esto último, más que nada por lo visual que me ha resultado siempre esa baraja.
He de decir que no creo especialmente en estas historias. Siempre he pensado que muchas veces se usa más la intuición que otra cosa, pero he de reconocer que en algunas de las cosas que me dijo, acertó bastante.
A nivel laboral me dijo que estoy en una etapa de tranquilidad y que veía que en un futuro próximo iría la cosa igual o mejor, de lo cual me alegré bastante. De un posible lío con mi jefe, no mencionó nada, así que supongo que la cosa se quedará como está (cachis…)
A nivel de salud no me vio nada grave lo cual también es una buena noticia ahora y siempre. Y más después de mis últimos problemillas de salud que me tuvieron unos días apartado de todo.
Fue a nivel personal cuando me definió por encima y es en lo que más se aproximó a mi realidad. Yo supongo que viendo la edad que tengo (cuarentón ya) y que no tenía anillo de casado, ayudó bastante a su adivinación, pero me sorprendió la forma en que habló de mi situación actual.
Me dijo que me veía estancado en la vida. Que aunque ansiaba un cambio a mejor, yo mismo me ponía trabas para que eso no sucediera. Que yo era mi peor enemigo ahora mismo. Que mi actitud de tirar la toalla no me iba a beneficiar en nada, y que yo mismo lo sabía.
Que si quería tener pareja, necesitaba abrirme. Conocer primero a otra gente, abrir mi círculo de amigos y probar experiencias nuevas, y que lo otro ya vendría rodado, pero que yo mismo me negaba todo eso.
Y que todo venía provocado por un asunto del pasado.
Por supuesto yo uní cabos en todo momento y entendí a la perfección de lo que hablaba. Supongo que esto funciona así, que te dicen cosas generales, algo con lo que igual todos nos identificamos y es tu subconsciente quien ya se encarga de darle una explicación a todo lo que te dicen. Es decir, entender lo que realmente te interesa.
Realmente no sé ahora nada más que no supiese hace dos días, pero sí me hizo pensar si es verdad lo de que no quiero abrirme más…
Si echo mi vista atrás, conservo amigos de todas las etapas de mi vida por las que he pasado (colegio, universidad, primeros trabajos, estancia en el extranjero…), así que no creo que eso sea del todo cierto. Sí que es verdad, en cambio, que últimamente me cuesta mucho más conocer a otras personas, y si tengo la posibilidad de intentarlo… me echo atrás.
En estos últimos años las únicas personas nuevas a las que he conocido son un chico hetero curioso con el que tengo muy buena relación (más virtual ya que otra cosa) y un excompañero al que conocí hace años y con el que he retomado la amistad.
(Bueno, y también con un chico que conocí por casualidad, al que no conozco en persona -vivimos lejos- y del que os hablaré otro día).
También es verdad que con los años, cuesta mucho más hacer amistades nuevas (en eso los críos tienen mucha más facilidad), con lo que supongo que no es algo que me pase a mí solamente.
De todos modos, de amigos no me puedo quejar (tengo muy buenos), pero sí de lo de no tener pareja. Supongo que, como me dijo, para eso también debería de abrirme a la gente pero a día de hoy no estoy ni medio dispuesto.
Tal vez tenga razón y yo sea mi peor enemigo.
Los comentarios, aquí debajo o en mi mail: gayalguien@hotmail.com