Guerra Mundial Z

Guerra Mundial Z

Una entrada al año, no hace daño. Y comentar cómo fue la selección de nuestra nueva representante para Eurovisión 2024 me parece una buena excusa para pasarme por aquí.

Por tercer año consecutivo el Festival de Benidorm (Benidorm Fest para los modernos) sirvió como selección nacional para ese cometido. Y la verdad es que mejoraron las propuestas respecto del año pasado, haciendo que la fase final resultase mucho más reñida.

Pasemos ahora a comentarlas por riguroso orden de actuación:

María Peláe, «Remitente».

Si ya lo intentamos el año pasado con Blanca Paloma no sé realmente qué pintaba aquí otra propuesta de flamenco de corte similar.

Por lo que leí después, fue un alegato contra el franquismo y la guerra civil (en el año 2024, sí) y yo debo de ser muy tonto porque no entendí absolutamente nada.

Sólo vi a tíos con faja y ella cantando (muy bien, eso sí) una canción con un estilo que no me aportaba nada.

Quedó en sexta posición, con 86 puntos.

St Pedro, «Dos extraños (Cuarteto de cuerda)».

Un bolero para Eurovisión.

Esa fue la propuesta del guapete cantante canario con alma de viejo (dicho por él mismo).

Si me hubiesen gustado los boleros, pues me hubiese encantado la propuesta. Pero como no me gustan, aproveché para recoger la mesa. De hecho pienso que si la hubiésemos mandado a Eurovisión, mucha gente en Europa habría usado ese tiempo para acudir al baño.

Quedó en segunda posición con 139 puntos.

Angy Fernández, «Sé quien soy».

Esta canción la había escuchado ya puesto que Angy siempre me ha gustado en sus diversas facetas musicales/televisivas.

La canción, en su versión de estudio, no me decía nada, pero la puesta en escena y el sentimiento que ella le puso, hizo que la propuesta me resultase mucho más atractiva.

Tenía en su final un momento ventilador en la cara que eso siempre recoge puntos en Europa.

Quedó en tercera posición, con 128 puntos.

Jorge González, «Caliente».

Una mezcla entre Ricky Martin, Chanel y Agoney (con «Arde»). Una mezcla que daba algo de vergüenza ajena, todo sea dicho.

Cada vez que le preguntaban, hablaba de sus hijos, imagino que para demostrar que es macho, y muy macho….

Quedó en cuarta posición, con 124 puntos.

Nebulossa, «Zorra».

Esta canción también la había escuchado antes del Festival, y a estas alturas ya me la sabía de memoria.

Si llego a estar en el Palau de L’Illa en Benidorm, yo también la hubiese cantado a coro, como uno más de los miles de espectadores.

Con un ritmo pegadizo y unos bailarines que no creo que dejen indiferentes a nadie, fue finalmente la propuesta ganadora. La mía ya lo era desde el minuto uno.

Se despidieron con un «tira la copa» icónico, como gran homenaje (igual que el videoclip) a Manuela Trasobares.

Quedó en primera posición con 156 puntos.

Sofía Coll, «Here to Stay».

Que chica más simpática y qué bien defendió su propuesta, sin ser la canción, ni su actuación, nada de otro mundo.

Imagino que llevaba en un diente una incrustación de diamante o algo para hacerlo bonito, aunque así por televisión pareciese un «paluego» entre los dientes.

Quedó en séptima posición, con 73 puntos.

Miss Caffeina, «Bla Bla Bla».

Soy fan de este grupo independiente desde hace mucho, así que también era un firme defensor de esta propuesta.

Sin embargo parece que no pudo convencer ni al público demoscópico, ni al público del televoto ni al jurado allí presente porque quedaron los últimos, sin ser ellos nada para eso, la verdad.

Quedaron en la última posición, con 48 puntos.

Almácor, «Brillos Platino».

Por si alguien no se dio cuenta, el chico era de Villena, un pueblecito del que está muy orgulloso, tanto que le pidió a su Alcalde la concejalía de fiestas y una rotonda con su nombre. Literal.

Un chico sin filtros, ninguno, y que se lo pasó tan bien sobre el escenario que le dio un poco igual que hubiese un fallo en las pantallas durante su actuación.

Sí que daba algo de pena verlo totalmente sólo en la Green Room, pero como por falta de presupuesto se había presentado a solas, pues era lo que tocaba.

Quedó en quinta posición, con 99 puntos.

Y hasta aquí la crónica festivalera.

Eurovisión será el próximo día 11 de mayo en Malmo (Suecia) y para entonces yo creo que la cantante de Nebulossa debería recibir unas clases de canto y entonación, porque de voz anda justita.

Aún así, la canción, con su puesta en escena, tiene tanta fuerza (la letra también… pero en Europa no van a entender nada) y es tan pegadiza, que seguro que va a dar mucha guerra hasta entonces.

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El palomo cojo

El palomo cojo

Indiferencia.

Eso es lo que parece que provocó la actuación de España, con Blanca Paloma, en el Festival de Eurovisión 2023.

Y es que los 5 puntos que recibió en la votación del público no dejaron lugar a dudas.

Que vale que la votación de los jurados de los países participantes no la dejó en mal lugar del todo (top 10), pero la suma de ambas votaciones sólo le permitió llegar a los 100 puntos que la dejaron en un (mal) puesto 17.

O lo que es lo mismo, en la segunda parte de la tabla, cosa que, visualmente, hace bastante más daño.

Si encima lo comparamos con el resultado del año pasado que consiguió Chanel (un tercer puesto que sabía a segundo), lo de este año todavía duele más, pero hay que aceptarlo porque ya no se puede hacer otra cosa.

Sí que me gustaría romper una lanza por Blanca Paloma, porque yo fui uno de los que votó por su candidatura en el ya lejano Benidorm Fest. Porque sí, yo soy de los que vota. Y digo esto porque la gente luego protesta porque no salió su candidatura pero no se le ocurrió coger el móvil y mandar un puto mensaje apoyándola. Y así, claro, luego pasa lo que pasa…

Y es que en la preselección de este año tampoco había mucho más donde elegir, cosa de la que ya hablé por aquí en su día.

Que ahora la gente dice que se tenía que haber mandado a Vicco y su Nochentera, pero, con todos los respetos, ni lo que se vio en su día sobre el escenario era bueno ni la cantante tenía tablas ni fuerza sobre el escenario, y eso también se puntúa (y no solo la canción).

Y sino que se lo digan a Mae Muller de Reino Unido que a pesar de tener la canción más pegadiza y comercial (I wrote a song), viendo su actuación sobre el escenario, se comprende que quedase en tan mal lugar.

O a La Zarra, que, a pesar de su cabreo (esa peineta a la cámara en el momento votaciones) no supo defender sobre el escenario una muy buena canción (Evidemment) que llevaba Francia este año.

Los que sí defendieron muy bien su actuación fueron los tres primeros clasificados.

En el tercer puesto quedó Israel con la canción Unicorn interpretada por Noa Kirel.

Esta actuación me recordó mucho a la de Chanel del año pasado (y curiosamente quedó en el mismo puesto), con una canción y estribillo pegadizo (Fenomenal), dance break a mitad actuación y un cuadro de baile igualmente formado por dos chicas y tres chicos.

Ella muy guapa además, con telegenia y buenas dosis de baile y cante (con lo complicado para la voz que es eso).

En el segundo puesto quedó Finlandia, con la canción Cha Cha Cha interpretada por Kaarija:

Finlandia era uno de los que partía como favorito y no decepcionó.

A mí personalmente la canción me gustaba desde hace tiempo, pero ya me fijé en la semifinal que había cambiado su actuación hacia el humor más absurdo y eso ya me tiraba un poco para atrás.

Y es que si en su actuación original los bailarines bailaban Cha Cha Cha de una forma, digamos, elegante, para Eurovisión prepararon un montaje que a mi me recordaba mucho al baile de gorila de Melody, y la cosa, a mi gusto, no quedaba demasiado bien.

Al público en general le gustó, y por eso se quedó a un paso de llevarse el micrófono de cristal.

Sin embargo, ese premio gordo se lo llevó Suecia, que con Loreen y su Tattoo, se alzó con el primer premio del festival

Loreen ya ganó en 2012 con Euphoria y este año se presentaba de nuevo con aires de ganadora ya desde el minuto uno.

Y es que su actuación destacaba bastante sobre el resto de participantes. Y ya no solo por el riesgo de la plataforma que tenía sobre su cabeza, sino porque la canción era buena, ella la defendía muy bien (esas tablas) y el efecto tormenta, convertía el conjunto en una minipelícula/videoclip en directo.

Para mí, justa vencedora, porque además el Festival de este año fue bastante soporífero en general, con mucha balada y canción étnica (España incluida, sí), que aburría bastante al personal.

También es verdad que ver un festival con la resaca aún del año pasado, el subidón que nos provocó a todos la actuación de 10 de Chanel y esas votaciones de infarto posteriores, era algo difícil de superar y eso hay que tenerlo en cuenta.

Esperemos que el año que viene la cosa mejore en todos los sentidos, porque ganar, lo que se dice ganar, no creo que lo hagamos nunca.

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Nacho

Nacho

Acabada la primera temporada de la serie dedicada a Nacho Vidal en Atresmedia Player he de confesar que la he disfrutado de lo lindo.

Antes que nada he de aclarar que yo, por regla general, suelo disfrutar bastante los biopics y más si son dedicados a gente con la que digamos he crecido toda mi vida.

Me tragué nada más salió el de «Veneno» de los Javis, del que ya hice crítica en este mismo blog, y antes de ponerme con Nacho también disfruté lo que no está escrito con el de «Cristo y Rey» (gran título) dedicado al domador Ángel Cristo y la vedette Bárbara Rey, y el de Bosé (éste en Sky Showtime) dedicado al cantante del mismo nombre.

Así que era lógico engancharme a esta otra serie dedicada además, al mundo del porno que ya de por sí, tiene su puntillo.

He de confesaros que en las primeras películas guarras que vi salía mucho Nacho Vidal. De aquella época recuerdo tanto al propio Nacho como a otros dos, que eran Max Cortés y Toni Ribas (éste el más guapete de los tres), y de tías, aunque me fijaba bastante menos, recuerdo sobre todo a Sophie Evans que salía teniendo sexo con estos maromos la mayoría de las veces.

Estos eran, digamos, a nivel patrio, porque a nivel internacional, el que lo petaba (nunca mejor dicho), era el italiano Rocco Sifredi.

Pues bien, todo lo que recuerdo de aquella época, o mejor dicho, de su backstage es de lo que trata la propia serie.

Y es que los autores se sirven de la vida del propio Nacho Vidal (supongo que edulcorada en algunos momentos) como hilo conductor de un momento del porno que (imagino) no es como el de ahora.

Por la serie, por tanto desfilan tanto directores de la época como José María Ponce y su por aquel entonces actriz (y pareja) fetiche, María Blanco, como la sala de fiestas que todos los de los 90 conocemos por el Mississipi, que es la Sala Bagdad (de sexo en vivo) donde comenzó haciendo sus pinitos (por decir algo), el propio Nacho Vidal con su novia -ex prostituta-, Sara Bernat.

Lo que me sorprendió de la serie, más allá de la historia que cuenta (ya de por sí bastante interesante) es cómo lo cuenta ya que, ambientada en el mundo de la pornografía, la serie no ha escatimado en desnudos.

El culo del protagonista creo que sale más veces que su propia cara (y no es para menos porque pedazo de culo que gasta) y hablando de un actor porno de su «talla» no hace falta esperar mucho para apreciar sus 25 cm en todo su esplendor (eso sí, del propio Nacho Vidal en este caso).

Pero no solo sale en bolas el propio actor principal (Martiño Rivas, a quien recordaba de «El Internado»), sino que el resto del elenco, en especial Sara Bernat (María de Nati – a la que conocía por «El Secreto de Puente Viejo» -) tampoco se queda atrás. Otros actores secundarios también tienen su momento en este sentido, ya que, al menos en este caso, «el desnudo en el guion está justificado».

Entre ellos están Andrés Velencoso (actor y modelo) y Marina Gatell que hacen de los arriba mencionados, Toni Ribas y Sophie Evans, Miriam Giovanelli («Gran Hotel») que hace de una actriz porno que quiere abandonar su profesión (ése bate de beisbol…), la Terremoto de Alcorcón (que hace de la jefa del Bagdad) o Edu Soto que tiene el momento más bestia de la serie con una bombona de butano.

Pero más allá de los desnudos, la verdad es que el elenco está muy bien en todos sus personajes, la ambientación de la época es de diez y la trama se hace bastante amena desde el primero hasta el último de sus capítulos (sólo 8), por lo que no puedo dejar de recomendarla.

(Bueno, por eso y por el culo de Martín Rivas, todo sea dicho, que vaya tela…)

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Mujeres desesperadas

Mujeres desesperadas

No sé muy bien si es porque he perdido el atractivo para otros tíos (ay, la edad), o porqué pero últimamente parece que tengo más éxito entre las mujeres que el que había tenido hasta ahora.

Fue en el trabajo cuando me di cuenta de que lo que yo pensaba que era una simple amistad, igual ocultaba un intento de algo más.

Yo con Patricia me llevaba bien. Era de las compañeras nuevas con las que mejor me llevaba, de hecho. Tanto que cuando se divorció, poco después de la pandemia, me cogió un poco a mí como paño de lágrimas.

A mí otra cosa no, pero escuchar se me da bien un rato, así que si lo que buscaba era apoyo, yo se lo di desde el primer momento.

Tenía que haber sospechado algo cuando sus conversaciones telefónicas poco antes de acostarse pasaron a ser habituales. De hecho demasiado habituales (cuando además habíamos estado juntos en el trabajo durante el día), pero no pensé en darle mayor importancia.

Cuando ya me dijo un día que podíamos quedar para ir a cenar y tomar algo ya empecé a agobiarme. Más que nada porque aunque era algo de lo que no había hablado con ella nunca (no suelo hacerlo en el trabajo) yo pensé que ella intuía que yo era gay.

Así que empecé a darle largas a ver si así se daba cuenta de que yo solo podía ofrecerle amistad y poco más.

Hablarle de que nunca había tenido novia, mis gustos por Eurovisión o ser fan de Ana Mena (indirectas cutres, lo sé) parece que tampoco daba el resultado deseado por su insistencia en llamarme solo para preguntar que qué hacía y si me apetecía tomar algo con ella un sabado noche.

Así que finalmente tuve que ser directo con ella y le solté un buen día a bocajarro si no se había dado cuenta de que yo era gay.

Yo, inocente de mí, aún pensé que me diría que sí, y que igual todo lo que yo imaginaba estaba en mi cabeza pero nada más lejos de la realidad, porque se lo tomó bastante mal.

Que porqué no se lo había dicho desde el principio, que si yo había jugado con sus sentimientos que qué vergüenza todo…

La situación fue mucho más incómoda de lo que pueda explicar por aquí (hubo lloros y todo) así que pensé que de ahora en adelante debía ser más explícito con según qué personas a las que le brindaba mi amistad.

Sin embargo poco después volvió a pasar algo similar.

Esta vez fue con una antigua amiga con el que había perdido el contacto desde hacía bastantes años.

Por casualidades que pasan, la vida nos volvió a reunir y a partir de ese momento Silvia y yo volvimos a tener un contacto más regular.

Ella en ese momento divorciada y con un hijo, y yo tan soltero como la última vez que nos vimos.

De una cena en la que coincidimos, luego pasamos a quedar tiempo después para tomar un café.

De ese café, pasamos a otro, y luego a una visita cultural que nos apetecía hacer a los dos y no teníamos con quién (para todo roto hay un descosido).

Todo iba bien hasta que me dijo que podíamos quedar alguna vez para irnos un fin de semana a algún lado.

Ahí otra vez se desataron las alertas en mi interior.

¿Otro caso igual? ¿Tenía yo el sex-appeal subido o eran solo fantasías mías?

No tenía forma de saberlo así que para evitar males mayores opté por dar la callada por respuesta. Ahuecar el ala, vamos. O lo que es lo mismo, dar largas de nuevo…

Pero lo que son las cosas, volvimos a coincidir en otro acto social. Y me dijo que no la había llamado, que conmigo se reía mucho y que podíamos volver a quedar a tomar algo.

Y volví a aceptar pensando que igual yo estaba equivocado.

Pero no.

Y es que de ese café pasamos otro día a una cena y después de la cena… me invitó a su casa a tomar una última copa.

¿Y qué hombre rechaza esa oferta?

Pues un hetero ya imagino que no, pero un gay como yo, pues evidentemente sí.

Y hablamos. Y le tuve que decir el motivo por el que no iba a subir.

Su cara cambió al instante.

Y otra vez lo mismo, que se había ilusionado, que eso no era posible, que porqué no se lo había comentado nunca, etc.

Total que otro drama sin comerlo ni beberlo.

Lo curioso de todo esto es que no sé si os acordáis de mi amiga (mariliendre) Raquel.

Pues bien, ella tiene desde hace tres años un novio bastante apañao del que todos, absolutamente todos sus amigos pensamos que de hetero tiene poco…

Podéis decirme que ya estamos en una época en la que no se puede poner etiquetas, la diversidad sexual y todo eso, pero es algo raro raro raro.

Y no es solo porque tenga pluma (que también), sino por muchos más indicios.

Para empezar que un tío a partir de cierta edad comente que no ha tenido novia nunca ya extraña de por sí (más aún si el chico está potente).

Luego, que hablando halando se descubra que casi todos tenemos amigos comunes (gays) con él, pues también da que pensar.

Que en las quedadas, él sea uno más entre todos nosotros (algunas veces entrando en juegos igual demasiado explícitos con él) pues qué quieres que te diga.

Pero que además, que mi amiga Raquel le pillase en el móvil una conversación con un/una tal «M.» en el que comentaba lo bien que lo había pasado la otra noche (estando ya en pareja con ella), pues nos da que pensar a todos sus amigos que esos cuernos no fueron con una mujer y sí con un tío….

A pesar de eso, por cierto, ellos siguen juntos como si tal cosa (ella le perdonó por considerarlo un simple desliz sin recorrido ninguno…).

Y esto me da que pensar:

¿Será que las mujeres a partir de cierta edad cambian sus preferencias? ¿que buscan otra cosa? ¿o es la desesperación la que les pone una venda en los ojos?

Quién lo sabe…

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Canción de cuna

Canción de cuna

Anoche se celebró la final del Benidorm Fest y ya tenemos candidata de España para el próximo festival de Eurovisión que se celebrará en Liverpool el próximo 13 de Mayo.

Blanca Paloma, con una nana llamada «EaEa» ganó consiguiendo 169 puntos e imponiéndose a su más directo competidor, Agoney y su «Quiero arder» en 24 puntos.

Pero analicemos una por una las actuaciones que se vieron sobre el escenario del Palau de l’Illa:

Canción nº 1 «Quiero y Duelo», cantada por Karmento:

A esta mujer yo personalmente no la conocía y para mí fue un descubrimiento (para esto sirve también festivales de este tipo).

Se le notaba que tenía tablas en el escenario (cosa que no se pudo decir de todos los participantes) y ese tipo de canciones folk a mí personalmente siempre me han llamado la atención.

Me gustó en líneas generales hasta que salió el coro del final, que, con todos los respetos, parecía que habían venido directamente del hogar del jubilado del pueblo,

Canción nº 2 «Arcadia» cantada por el grupo Megara:

Mezcla entre Harley Queen y Lordi (ganadores por Finlandia en Eurovisión 2006).

La canción era pegadiza aunque no te guste ese estilo de música como es mi caso.

Ella como cantante no me acabó de gustar, pero como espectáculo no estuvo mal. El dance break a mitad de canción sobre el juego de la máquina de bailar, lo mejor.

Canción nº 3 «Yo quisiera» cantada por Alice Wonder:

Sé que esta mujer tiene muchos fans. Que actuó en un homenaje a las víctimas del Covid y que fue tan sentido que hasta la reina Letizia lloró. Todo muy bien, sí…pero a mí no me gustó nada.

Es cierto que ella tiene una voz peculiar, pero es que esa ¿balada? me pareció aburridísima.

De hecho se supone que todas las canciones duraban más o menos lo mismo pero a mí ésta me pareció que duraba el doble que las de los demás.

Mal.

Canción nº 4 «Mi familia» cantada por Fusa Nocta:

Una mala copia de Rosalía en toda regla.

Con un coche de gitaneo sacado del desguace ahí en mitad escenario, la chica no cantó demasiado bien. Encima parece que se ahogó a mitad canción y por lo que he leído se saltó varias estrofas, así que en general fue un cuadro.

Pobreta.

Reseñar que cuando se subió al coche, se hundió el capó. Doy fe.

Canción nº 5 «Quiero arder» cantada por Agoney:

A ver yo con este chico tengo ya un problema desde que salió en Operación Triunfo: me carga, me satura, me cansa…mucho.

Es tan intenso para cantar como para hablar y no puedo con ese tipo de gente.

Dicho esto, su canción…pues…tampoco.

Me parecía una de esas canciones malas de Mónica Naranjo (sí, que las tiene, y muchas). Que tú dices: qué bien canta oye, pero vaya mojón…

Me gustaba el falsete (me gustan en general en cualquier canción) y lo que era el estribillo, pero en conjunto no. De hecho creo que ya solo el inicio me sacaba de la actuación.

Fue favorito hasta el final.

Canción nº 6 «EaEa» cantada por Blanca Paloma:

Justo con ella me pasaba lo contrario que con Agoney.

A Blanca Paloma la vi ya en el festival de Benidorm del año pasado y me gustó mucho. Es cierto que en aquella actuación no se movió demasiado y eso dicen que la perjudicó, aunque «Secreto de agua» tampoco es que fuera para hacer piruetas sobre el escenario.

Este año dio un paso más y fusionó el flamenco con el electrónico y a mí personalmente ese tipo de combinaciones me encanta.

Escenógrafa de profesión, fue la encargada de crear esa atmósfera de rojo y blanco, en circulo, con bailes como tribales que parecía sacado de Bodas de Sangre de Federico García Lorca.

Si además añadimos su timbre de voz (muy en la línea de Diana Navarro) eso hizo que para mí fuese un sí en cuanto escuché la primera nota.

Además es una actuación que va como de menos a más, y ese final, tanto visual como vocalmente, hizo que se me pusieran los pelos de punta (literal).

La voté, por supuesto.

Canción nº 7 «Inviernos en Marte» cantada por José Otero:

Canción dedicada a su padre recientemente fallecido. A mí ese toque personal ya me ganó nada más empezar pero es que además su forma de cantar me gustaba.

Otra cosa es que me hubiera gustado entender lo que decía la canción porque realmente no le pillé ni una, y ese vestuario tipo Matrix en talla XXL yo creo que le restaba más que le sumaba.

En general bien, pero no sé porqué yo creo que él ya tenía la idea de que iba a quedar de los últimos y eso quedó reflejado también en su actitud sobre el escenario.

Canción nº 8 «Nochentera» cantada por Vicco:

Canción que yo creo que podía haber cantado perfectamente Aitana porque era totalmente de su estilo.

Ella cantaba muy bien y es una canción superpegadiza para este verano en cualquier verbena o discoteca.

Lástima que me recordase tanto a la Jesulina de Ubrque (fisicamente, dos gotas de agua) y que el indescriptible vestuario le quedase como una patada en la boca.

Pues lo dicho, al final ganó Blanca Paloma para mi disfrute personal.

Ahora bien ¿tiene posibilidades en Eurovisión?

Pues eso nunca se sabe, pero pienso que al menos es algo digno para enviar, guste más o guste menos.

Pero por lo que veo en redes sociales ya ha empezado el hate general como pasó el año pasado con Chanel.

Esta vez que si es apropiación cultural por el resto de España de algo propio de Andalucía, que si España de panderetea y Olé, o que si el flamenco no gusta porque Remedios Amaya ¡hace 40 años! consiguió cero puntos,

Y digo yo, ¿habrá algún país tan cainita como el nuestro? ¿que siempre tengamos que tirarnos mierda nosotros mismos?

¡Qué pesadez!

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Arrástrame al infierno

Arrástrame al infierno

El otro día os hablé del chat y la verdad es que me enfoqué sobre todo en lo negativo, sin contar nada positivo sobre lo que se puede encontrar por allí.

Y es que a veces, sólo a veces, se puede dar también con gente «normal» conectada.

De hecho que yo recuerde, a mis tres ex los conocí chateando en esa misma página. Digamos que he tenido siempre mucha más «suerte» por ese medio que utilizando las apps de ligoteo para móvil. (De conocer gente por otros métodos más tradicionales, mejor hablamos otro día).

Pues bien, no hace mucho me conecté a Chueca y lo que son las cosas conocí a un hombre muy agradable con el que conversar. Debimos de estar como una hora hablando de nuestras cosas cuando me dijo que iba a tener que irse y que si nos podíamos intercambiar el Skype para poder seguir hablando en otro momento (todo muy vintage, sí). Por supuesto que se lo di, sin muchas esperanzas de coincidir de nuevo pues hay veces que aun dándote forma de contacto…si te he visto no me acuerdo.

Sin embargo en este caso me equivoqué y por Skype seguimos manteniendo charlas igual de agradables que por el chat.

Me comentó entonces que era nuevo en mi ciudad, que se había cambiado recientemente de trabajo (profesor), que tenía 43 años, que era bastante friki de películas de terror -como yo- , y que, por circunstancias, no había estado con ningún tío desde hacía tiempo.

La cosa marchaba bien en nuestras charlas, así que pasamos ya a vernos por cam y hablar cara a cara (todo muy poco a poco que a mí, personalmente, y cansado del aquí te pillo aquí te mato que ofrece otro tipo de citas… me encantaba).

Al verle ya intuí que algo de lo que me estaba contando, no cuadraba. El chico estaba bueno. No que fuese guapete, no. Es que físicamente estaba muy pero que muy bien. Por eso no entendí muy bien lo que llevase tiempo no ya sin mojar el churro, sino que, según me comentó, nunca había tenido pareja.

Pero el hombre me gustaba.

Y seguimos conversando por cam día tras día.

He de decir que las charlas empezaban muy light pero acababan…os podéis imaginar cómo (si, en paja) pero aún así, hablábamos también mucho y eso es algo que a mí me atraía incluso más.

Al final, un buen día, y viendo que él no se animaba a quedar (cosa que tampoco entendía con el buen rollo que teníamos), le dije que sería hora de conocernos.

Yo propuse ir a tomar algo, en plan tranqui, bien por su zona o por la mía (y ya si cuajábamos del todo, rematar en casa, claro), pero él me dijo que era muy tímido (¿perdón? ¿con todo lo que hacía por cam?) así que prefería, si yo no tenía inconveniente, quedar en mi casa.

Yo, que soy bastante confiado (si me dan confianza), no tuve problema, así que le dije que quedábamos cuando quisiera.

«Pillo un taxi y voy ahora».

He de reconocer que esa velocidad (aún habiendo hablado durante días) me sorprendió un poco.

Pero le dije que sí, que viniese a casa y nos tomábamos algo aquí.

Le di mi teléfono, él me dio el suyo, y quedamos en vernos en media horita.

Cuando vino a casa, aparte de verlo nervioso, lo encontré igual o más guapo que por la cam. Nos besamos nada más vernos y me di cuenta de que él no venía con ganas de tomar nada, sino con ganas de otra cosa….

El tío llevaba un calentón del quince como hacía tiempo que no veía.

Prácticamente sin dejar de besarnos, me dijo que si podíamos ir a la cama y para allí que fuimos. Yo le miraba de cerca y no daba crédito. Estaba cuadradete pero sin pasarse de músculo, con unos slips rojos que le quedaban como un guante y que al quitárselos dejaban a la vista un culete blanquito y redondito como a mí me gustaban.

Viendo ese panorama ¿Cómo se podía explicar que un tío tan majo, tan guapo y tan de todo no hubiese tenido pareja nunca?.

Así que, metidos en faena, yo no dejé de preguntarle si había algo que no me había contado….

Él me dijo entonces que bueno que había algo…

Fue entonces cuando le pregunté algo que me había empezado a rondar por la cabeza desde el primer día:

– ¿Estás casado, no?

– No exactamente – fue su respuesta-.

¿Que clase de respuesta era esa?

– ¿Novia, tienes novia?

No, no, tampoco era eso – me dijo – Estoy casado… pero con Dios.

Y diciendo esa frase comenzó a llorar y abrazarse a mí como un niño.

Yo no daba crédito. También es verdad que no supe muy bien cómo reaccionar, porque aparte de intentar consolarlo… me pareció surrealista la situación.

Cuando se le pasó el berrinche, ya me dijo que sí, que era sacerdote (no profesor) y que estaba en mi ciudad a la espera de parroquia. Que lo de que llevaba mucho tiempo sin estar con nadie era verdad (me hablaba de unos veinte años) pero que ya no podía más. Que yo le había dado confianza (siempre la doy) pero que si quería, se iba y no pasaba nada. Que entendía que yo le pudiese rechazar.

A mí esa confesión (nunca mejor dicho) no me provocó otra cosa más que ternura. Le dije que no íbamos a dejar sin acabar lo empezado, y que además no sé si él se acordaba de «El Pájaro espino» , pero que yo sí, y que en cierta forma esto iba a ser como una versión actualizada de la serie.

Y nos echamos a reír los dos.

La faena la acabamos y, yo por lo menos, disfruté muchísimo de verlo disfrutar a él.

Quedamos después en seguir hablándonos pero… nada ya fue igual.

Por Skype ya no volvió a aparecer, aunque durante un tiempo cada noche antes de acostarse, me escribía mensajes preguntando por mi día y proponiendo quedar más adelante.

Pero nunca volvimos quedar.

A día de hoy aún seguimos hablando de vez en cuando, imagino que hasta que la cosa se enfríe definitivamente.

Y es una pena, porque el chico es majo, muy majo, pero ni él tiene claras las cosas (y lo entiendo) ni yo quiero crearle dudas, ni líos mentales, ni nada parecido.

Y claro que me encantaría al menos ser follamigos, pero eso es algo que, si de normal no me gusta demasiado, con un siervo de Dios todavía menos (imagino que por mi educación católica, que algo pesa en la ecuación).

Para uno que me molaba en mucho tiempo…

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Chuecatown

Chuecatown

Una de las cosas en las que noto que me estoy haciendo mayor (o mejor dicho, que YA estoy mayor) es en lo que ha cambiado el chat de Chueca al que llevo media vida entrando.

La primera vez que entré recuerdo que hablé por el general, y acabé teniendo conversaciones paralelas de todo tipo, pero no recuerdo que en ellas hablase de follar a saco.

Primero uno congeniaba, veía sí tenía algún punto en común y después quedaba. Que sí, que igual quedabas para sexo de todos modos, pero no sé, creo que había la esperanza de algo más (por lo menos por mi parte).

Ahora no, ahora es todo inmediato. Da igual todo, lo que se busca es follar, o cumplir alguna fantasía sin más. Sin vínculos. Sin compromisos. De una forma totalmente aséptica.

Pero lo que más me sorprende de entrar al chat actualmente es la de gente rara que hay conectada.

Yo no digo que sea la persona más centrada del mundo pero comparado con lo que se ve por ahí…

Para que os hagáis una idea básica, voy a comentaros en tiempo real lo que se lee por el general ahora mismo:

Tragon30 dice: busco tios para deslecharlos. Yo guapete, deportista, mamonazo. Tengo sitio y me desplazo.

Este entra en el grupo de lo que dije al principio, de los que buscan sexo a saco sin importar nada.

Es lo habitual en el general, que convierte el chat en una especie de anuncio de contactos. Lo curioso es que muchos repiten ese mantra sin parar, entres a la hora que entres, lo cual me hace dudar de si al final la gente acaba quedando o no.

Maduro56 dice: Alguno que le guste que se la soben y toquen mientras va conduciendo?

Este sería del grupo de los que quieren cumplir alguna fantasía. La de éste es más o menos normal, pero por lo general no lo son, y algunos entran ya en lo más bizarro que os podáis imaginar: desde gente que busca que te vistas de colegiala a otros que quieren que les follen a oscuras, que te dejan la puerta abierta para que entres, te corras y te vayas. ¿Realidad? ¿Fantasía? quien lo sabe… pero yo apuesto más por lo segundo, por los mismos motivos que expliqué antes.

Sumisocerdo dice: busco amo cerdo asqueroso y pervertido que me haga suyo yo chupo todo lo que me diga mi amo sin limites me dejo usar de wc humillar azotar etc me da igual la edad del amo maxima discrecion

Otro del grupo de fantasiosos pero con una salvedad: la forma de escribir.

Y es que esto es otra cosa curiosa del chat. Hay gente que escribe de una forma extraña (éste no pone ninguna coma ni punto ni nada), o con faltas de ortografía brutales directamente (habeces en lugar de a veces) que aunque se cambie el nombre de usuario y sea otro día, escribe exactamente lo mismo una y otra vez. Estos yo me planteo si son gente real o son bots, robots, o aplicaciones que se conectan al chat para conseguir no sé muy bien qué, pero que no me parece que sean personas de verdad (o igual son ralladas mías).

Chicasamateur dice: Hola, te gustaria conocer mujeres casadas a cambio de ayd? No profesionales

Muy relacionado con el punto anterior está ésta otra que se nota que es prostitución encubierta (o no tanto). Lo raro es que están en un chat gay en el que no sé muy bien qué pintan ahí. Supongo que el programa (ahí tengo claro que no hay una persona detrás) hará que se conecten a cualquier sala del chat sin discriminación alguna. Aunque dudo mucho que entre maricones vayan a tener clientela…

Buscando dice: Estoy en la calle. Busco a alguien que me invite a un kebab.

Este ya es un clásico de los últimos tiempos en el chat. Da igual a la hora que entres que siempre está ahí. Estará en la calle, pero la conexión a internet le va de puta madre… Curioso es que entre también con distintos nombres de usuarios para decir siempre lo mismo. Aunque no siempre, porque según he leído en el chat, otras veces le da por otras historias, igual de surrealistas que la del kebab.

MamonMaduro dice: Alguno tiene sobrinos o sobrinas para vestir con braguitas?

Esto es algo que me molesta mucho. Hay de vez en cuando pervertidos que dicen éstas u otras barbaridades sin que nadie les diga nada. Porque ésa es otra, en teoría, en el chat hay moderadores que son a veces igual de extraños que los propios usuarios.

De hecho no hace mucho a mí me tiraron justo por recriminarle la actitud a un supuesto pedófilo que decía animaladas de ese tipo en el general y a quién creéis que amonestaron? a mí por «crear mal ambiente en el general».

De traca!

Así que no sé, seré mayor, e igual por eso idealizo épocas pasadas, pero creedme que echo de menos otros tiempos en el chat…y en la vida en general.

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Scream Queens

Scream Queens

Ahora que (por fin) se emite en España esta serie -a través de Disney +-, es cuando (por fin) os voy a hablar de ella.

De momento que yo sepa está disponible la primera temporada de las dos que se emitieron. Y hablo en pasado porque la serie es ¡del año 2015!, sólo que a nuestro país ha llegado… un poco tarde.

De esta serie es casi mejor no decir nada y que comencéis a verla lo más «vírgenes» posible, así que intentaré hablaros de ella pero sin spoilers.

Los que me seguís por aquí ya creo que sabréis que me gusta mucho la temática de terror, y más concretamente, el género «slasher» o de asesino en serie. Incluso os hablé en su día de una película gay que abordaba ese mismo argumento, Hellbent.

También me gusta bastante la comedia, cuanto más petarda mejor, y he de reconocer que las películas ambientadas en hermandades universitarias (A por todas) o similares (Chicas Malas), me encajan bastante en ese perfil.

Pues si esas dos líneas argumentales se juntan, y le añades además un poco-bastante de mala leche, el resultado bien podría ser la serie de la que os estoy hablando.

Pero si con esa mezcla de géneros no os es suficiente, el elenco igual sí os atrae más (al menos a mí lo hizo).

Empezaré por, para mí, la principal (y eso que no es la protagonista), Jaime Lee Curtis (que, por si no lo sabíais es hija de Tony Curtis y Janet Leigh).

Y es que una serie con ese título no podía dejar escapar a la Scream Queen por excelencia ya desde sus primeras películas. Yo la descubrí en un clásico como es Halloween (de la que se ha estrenado hace poco la ¿última? entrega), y desde entonces no ha parado de ser un referente del cine de terror. Luego también pasó a la comedia (Entre pillos anda el juego, Un pez llamado Wanda) y al género de aventuras (otro clásico, Mentiras Arriesgadas), así que digamos que en esta serie la actriz se debió de encontrar en su salsa.

La protagonista, sin embargo es la actriz Emma Roberts, que también viene de familia de artistas, ya que como su mismo apellido indica es sobrina de Julia Roberts e hija del también actor Eric Roberts.

Esta pequeña actriz (sólo mide 1,57 cm) es, como se suele decir, «la que lleva el peso» de toda la trama, y supera esa asignatura con creces.

He de reconocer que no la conocía y a partir de aquí ya he empezado a verla en otras películas como Nerve (muy recomendable) o en la comedia Somos los Miller, y la verdad es que es una actriz que me gusta (aunque ya no puedo dejar de verla como Chanel Oberlin, su personaje en la serie).

También tenemos en el elenco principal a la actriz Abigail Breslin más conocida en nuestro país por ser la niña de Pequeña Miss Sunshine y que me sorprende en su papel de pánfila amiga de la protagonista.

Lea Michelle es también otra de las amigas y componentes, digamos, del grupo principal. Conocida en nuestro país fundamentalmente por la serie Glee (que es una de las que tengo pendiente de ver ya que en su día no vi más allá de un par de capítulos sueltos).

Otra de las coprotagonistas es Billie Lourd. Hija de la malograda Princesa Leia (Carrie Fisher) me flipó aparte de por su papel (érase una mujer a unas orejeras pegada) por su tono de voz tan grave, así que, si podéis, oídla en versión original.

Por último y para finiquitar ese plantel principal de actrices, estaría la cantante Ariana Grande, que desconozco si aparte de esta serie ha hecho alguna incursión más en la pequeña / gran pantalla.

Reseñar también que ahora que aún está en cartelera Nop/Nope (película de terror que no recomiendo porque me pareció totalmente insulsa y aburrida), una de las actrices de aquélla (Keke Palmer) también sale en ésta y no sé muy bien si es que esta mujer es así o es que no tiene otro registro porque en las dos actúa de la misma forma.

En la parte masculina, los actores principales serían Glen Powell, conocido por ser uno de los pilotos de Top Gun Maverick, (que ha reventado la taquilla este verano), Diego Boneta (actor y cantante mexicano a quien no tenía el gusto de conocer) y Oliver Hudson (el de Dawson’s Creek), aunque sin lugar a dudas me quedo con Nick Jonas (de los Jonas de toda la vida), y su pedazo papel como Boone Clemens.

Por último deciros que la serie está creada y dirigida por Ryan Murphy, del que ya os hablé cuando comenté por aquí otra serie suya, El Asesinato de Gianni Versace, y que ahora está en boca de todos por ser el artífice de La historia de Jeffrey Dahmer que está teniendo bastante éxito a su pase por Netflix.

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Magic Mike XXL

Magic Mike XXL

Dicen que cuando estás en un pozo profundo, para salir de él te agarras hasta de un clavo ardiendo.

Supongo que algo así me pasó a mí con Mike.

Le conocí en una de mis muchas entradas y salidas de las apps de ligoteo. Ya sabéis, entro, intento ligar, no hay forma, me hundo, me baja la autoestima, me salgo, dejo pasar el tiempo hasta que entro de nuevo… y vuelta a empezar.

Con él creo que hablé cuando ya había decidido salirme durante una larga temporada. Y no intenté ligar con él ni nada parecido porque realmente no me interesaba demasiado.

Mike XXL era su perfil (como la película del mismo nombre) y en él dejaba claro lo que buscaba: «solo pollas grandes».

Lo curioso es que dos perfiles más abajo, en el casillero, había otro «Pollón XL» que buscaba lo mismo. Así que me salió la vena Celestina y les dije a ambos por separado, que igual el otro perfil era lo que buscaban que por qué no se hablaban.

Pollón XL no me contestó, pero Mike, sí.

Y congeniamos.

Se ve que le hizo gracia que alguien se tomase la molestia en unir a dos personas de la app sin buscar nada a cambio y a partir de ahí comenzamos a escribirnos casi todos los días.

Yo ya tenía decidido que me iba a ir de la aplicación y así se lo dije. Él no trató de quitarme la idea, pero sí me facilitó su móvil por si al final tomaba la decisión.

Dos días después me borré de la app y empezamos a whatsappearnos a diario.

Sobre qué buscaba, él me lo dejó claro desde el primer momento y es que estaba interesado en tíos con los que quedar para hacer «competiciones de sables» y poco más. Era algo que le daba morbo y le excitaba… pero él se definía como «hetero».

Eso ya me sorprendió de primeras, pero como uno ya tiene el culo pelado después de tantos años, pues me dio un poco igual. A esas alturas ya nos habíamos visto en fotos y la verdad es que el hombre estaba bastante apañado, todo sea dicho. Pero no había ningún interés sexual por ninguno de los dos lados (yo en esa época estaba muy asexual) por lo que nuestras conversaciones no iban más allá de las que puedan tener un buen par de amigos por whatsapp.

Y llegó el día de conocernos.

Ese paso lo di yo porque llegó un momento en que necesitaba algo más. Me sentía a gusto charlando con él, pero eso no podía durar eternamente. Necesitaba algo físico (no penséis mal) porque nunca he sido yo muy fan del mundo virtual. Sobre todo si se alargaba demasiado la situación.

Tenía ganas de conocerle, pero había algo en él que me tiraba para atrás. No sé explicar ahora qué es lo que pasaba (¿sexto sentido?) pero tenía reservas. Por eso también quería conocerle en persona.

El día de la cita la cosa no pudo salir peor.

A la hora señalada me dijo que iba a llegar más tarde, y que se quedaba sin batería. Le llamé media hora después porque no aparecía y el teléfono lo tenía apagado/fuera de cobertura. Pensé entonces que me habían tomado el pelo, claro, aunque sin entender qué ganaba alguien con eso.

Ya que estaba por el centro, me fui de compras (al menos no volverme con las manos vacías) y fue cuando recibí una llamada desde otro teléfono que no tenía registrado. Descolgué y era él, disculpándose y diciendo que estaba ya en el lugar de la cita.

Como estaba aún por la zona, me acerqué (dudo si hubiese hecho lo mismo estando ya en mi casa) y allí estaba él, esperándome.

Me pareció igual de encantador que por teléfono, y nos fuimos a tomar algo. Dos horas de conversación en las que fue él quien habló mucho más que yo. Tanto que a veces me impedía incluso meter baza en la conversación, pero bueno, pensé que igual era la típica verborrea de alguien tímido (así me dijo que era).

Me quedó claro que era hetero, una vez más, y que lo que más morbo le daba era los tíos con rabazo bestial. Me habló de las quedadas con tíos. De lo que hacían (competir básicamente). Me enseñó fotos subidas de tono. De sus quedadas. De un mundo que no sabía ni que existía. Y de sus «atributos». Sin embargo me repetía que él no buscaba sexo.

Fue cuando me di cuenta de que lo que le gustaba realmente era calentar al personal. Que la gente le adorase por lo que tenía entre las piernas. Porque esa era la clave de todo: la admiración.

Y yo no se la estaba dando.

La charla estuvo bien, pero pensé que la cosa iba a quedar ahí.

Aun así, ya lo digo, yo estaba saliendo de una etapa bastante tremenda en mi vida, con lo que a mí esta distracción me venía bien para mantener también la cabeza entretenida.

Y seguimos quedando.

Hasta que el tema recurrente de su pollón se me empezó a «atragantar».

Fue esa la primera vez que discutimos, cuando le hice ver que no me interesaba esa parte de su vida, sino que me interesaba más esa otra parte de sí mismo. Que como amigo me resultaba más interesante su cerebro que su rabo.

Eso le descolocó. Me dijo que en su vida hetero se cansó de ser «el buen chico», «el yerno perfecto», el «chico estudioso y buen tío» y que cuando enseñaba su polla es cuando se sentía poderoso. Cuando se sentía como un «objeto sexual» y eso…le encantaba.

La vida al revés.

Por lo visto yo era de los pocos tíos que le apreciaban no por lo que le colgase, sino por cómo era él, sin filtros.

Y se abrió mucho más. Me habló entonces de su ex-mujer, de sus hijos (sí ,era padre), de su trabajo (que hasta ahora había mantenido medio oculto) y de un montón de cosas más, incluidos sus traumas y problemas personales (que eran bastante parecidos a los míos).

Y ahí fue cuando empecé a enamorarme.

Estaba conociendo entonces a una persona que resultaba ser mucho más de lo que se veía a simple vista. Un tío formado, culto, simpático, agradable y que no sé muy bien porqué se empeñaba en ocultar bajo una capa de «machofucker» que no era real.

A partir de entonces empecé a tantear si aparte de hetero, también podía ser «curioso» o «bi»… para algo más. Y ahí era más hermético.

Él seguía insistiendo en que buscaba lo que buscaba (y me dejaba ver que no conmigo). Y yo insistía en decirle que lo tenía claro (aunque por dentro yo … no tanto).

Y el tiempo siguió pasando.

Conocí en esos meses a sus hijos, fui varias veces a su casa, él a la mía, fuimos de visitas culturales, hicimos viajes y demás.

Nos convertimos en muy buenos amigos. Ni follamigos ni por supuesto pareja, aunque a esas alturas ya lo pareciéramos, de las veces que nos veíamos o hablábamos a la semana.

Y de repente un buen día….

Fue una pelea tonta. De amigos. Una cosa simple (al menos para mí).

Era tarde, al día siguiente madrugaba (él no), me llamó por teléfono para charlar y al rato le dije que no podía darle más conversación, y que ya hablábamos mañana.

Y le colgué el teléfono.

Y fue cuando se rayó como nunca había visto en ninguna persona.

Empezó a insultarme, a decirme de todo por whatsapp. Que no tenía empatía, que sólo me preocupaba por mí mismo y que lo que le había hecho no tenía nombre.

Yo pensé que habría sido un arrebato y que ya se le pasaría (aunque no lo entendía), pero nada más lejos de la realidad, porque esa fue la última conversación que tuve con él.

Nunca más me cogió el teléfono. Ni me contestó a ningún mensaje. Cortó de golpe y porrazo todo contacto conmigo. Sin venir a cuento. Sin un motivo justificado.

De hecho llegué a pensar si le había pasado algo porque no era normal pasar del todo a la nada en un nanosegundo («del metaverso») y por eso me di de alta nuevamente en la app por ver si aparecía.

Y ahí lo encontré. Tan normal.

Le escribí, pidiéndole explicaciones y él solo hizo la gracia de contestar como si fuese un contestador automático (muy adulto todo).

Nunca entenderé qué le pasó a este hombre.

Imagino que inseguridades y traumas sin superar, pero el daño que me hizo fue considerable. Más que nada porque hacía mucho tiempo que no conseguía ilusionarme con nadie, y conocerle a él me devolvió la esperanza, aunque fuese sólo como amigo.

Pero no pudo ser.

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La Mesías

La Mesías

Estos días el salseo de todas las tertulias y programas del corazón se ha dividido entre los cuernos a Tamara Falcó y la separación de Risto Mejide. Sin embargo, a mí me ha interesado mucho más otra movida que ha pasado más o menos desapercibida y es el comunicado del grupo «Mariah’s Pop» diciendo que no tienen nada que ver con la nueva serie que preparan los Javis: «La Mesías»,

Por si no sabéis de que va el tema, os pongo en antecedentes.

«Flos Mariae» fue un grupo compuesto por siete hermanas apellidadas Bellido Durán, de fuertes convicciones católicas, originarias de Gerona.

El grupo se formó en 2013 como muestra de agradecimiento a la Virgen por la curación del tumor que por aquel entonces padecía la madre de todas ellas (y de 9 hermanos más) María Durán de Bellido.

Las chicas eran sinceras y desde un principio dejaron claro que no tenían vocación de cantantes, simplemente habían entrado en el mundo de las girl-band para cumplir una promesa, pero colgando sus videos en YouTube y demás plataformas y redes sociales, el fenómeno viral fue inmediato.

En 2014 sacan un CD con 21 canciones siendo la más conocida «Amén» ya no por su melodía ni por sus angelicales voces o sus estilismos, sino por su letra con frases tales como «como una loncha de queso en un sandwich preso» o «porque tienes dos manos y una cabeza sobre los hombros para dar frutos sanos y no quedarte entre escombros».

A partir de ahí, el fenómeno fan (y la mala baba) hizo el resto.

Sin embargo, esta primera etapa tuvo un abrupto final y es que la madre de todas ellas, la señora María finalmente no pudo superar el cáncer (tuvo una recaída), falleciendo en septiembre de 2015.

Ese drama familiar fue el inicio de un periodo convulso para las chicas (Montserrat Bellido Durán entraba y salía del grupo sin explicación lógica) desembocando en marzo de 2021 con la ¿expulsión? ¿salida voluntaria? de Victoria, Estel, María y Alba Bellido Durán del grupo.

Pero eso sí, con la cabeza bien alta o como publicaron ellas: «siempre adelante con la Fe».

Y así fue.

De las cenizas de «Flos Mariae» surgieron entonces dos grupos distintos, enfrentados.

El buen rollo entre ellas era cosa del pasado con frases como «Sabemos que nuestras hermanas se han equivocado en sus decisiones, pero nosotras las perdonamos, aunque esto no tiene arreglo» o «las otras componentes tomaron unas decisiones erróneas y rompieron el grupo».

(Hermanas contra Hermanas, vamos – cosas que pasan hasta en las mejores familias-).

Montserrat, Flor y Patricia Bellido formaron así «Mariah’s Pop», con una música y melodías similares a las de «Flos Mariae» y Victoria, Estel, María y Alba formaron «4HBD» (4 Hermanas Bellido Durán), con un estilo un poco más tecno-cristiano.

De hecho pongo un par de videos, para que veáis lo que digo.

«Estate al loro» – 4HBD (el final totalmente caótico es lo mejor)

«Te prometo Mamá» – Mariah’s Pop (canción que me aterra, no sé muy bien porqué)

Y entonces llegaron Los Javis.

Esta pareja de directores comenzaron en teatro dirigiendo «La Llamada», que después pasó a cine, ambas con mucho éxito de crítica y público.

En medio de ambas, dirigieron igualmente (como unas prácticas – dicho por ellos mismos -) una pequeña serie llamada «Paquita Salas» que pronto se convirtió en un fenómeno global cuando fue adquirida por Netflix para todo el mundo.

Lo último dirigido por ellos, con mismo éxito que las anteriores, fue la vida y obra del fenómeno televisivo de los 90, la Veneno, en la serie del mismo nombre.

En la actualidad se encuentran dirigiendo una nueva serie, esta vez para Movistar + llamada «La Mesías» de la que se conocía poco hasta que recientemente salió a la luz su sinopsis que no es otro que «un thriller familiar protagonizado por cinco hermanas que forman un grupo de pop cristiano».

¿Os suena, no?

Y claro, se ha liado parda porque ha salido a la palestra uno de los dos grupos escindidos («Mariah’s Pop») diciendo que ellas no han autorizado nada, que están en contra que se use su historia como argumento de una serie, y que se reservan las acciones legales por si se viese comprometido su derecho al honor.

Las otras hermanas, integrantes de «4HBD» que yo sepa no se han manifestado aún.

¿Habrán autorizado ellas la serie? ¿Serán las co-guionistas en la sombra? ¿Compondrán la banda sonora original? ¿Habrá dejado Estel el grupo por algún motivo oculto?

No sé cómo quedará todo esto, pero si ya tenía ganas de ver la serie porque me gusta todo lo que hacen estos directores, con toda esta polémica…todavía más.

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